06 mayo 2020

Así es la labor de la Iglesia en tiempos de coronavirus

La creatividad cristiana llega a límites insospechados y traspasa incluso los gruesos muros de los monasterios para poder ayudar a los afectados por la crisis sanitaria.

La Iglesia goza de uno de los capitales sociales más relevantes de nuestro país. Así lo demostró durante los peores años de la crisis económica y así lo sigue demostrando ahora a pie de calle con los afectados por el coronavirus. Desde el inicio del confinamiento, obispos, sacerdotes, religiosas y laicos han puesto en marcha miles de iniciativas en todos los rincones del país.

Algunos seminarios se han convertido en improvisados albergues para personas sin techo o para acoger a las fuerzas de Seguridad del Estado, que van de pueblo en pueblo para desinfectar las residencias de ancianos. Los comedores sociales también se han tenido que reinventar y muchos de ellos se han transformado en servicios de comida a domicilio ante la imposibilidad de las familias de acudir a ellos. La creatividad cristiana ha llegado a límites insospechados e incluso ha conseguido traspasar los gruesos muros de los conventos.
«Aprendimos a hacer viseras con la impresora 3D»
«La gente piensa que las religiosas en los conventos solo están para rezar, pero la vida religiosa ha cambiado mucho y creemos que podemos aportar muchos granitos de arena en momentos tan difíciles como este». Así de contundente se muestra la hermana agustina María de Jesús, que a sus 34 años también es ingeniera. Por eso no dudó en tomar prestada la impresora 3D de sus alumnos de Robótica para empezar a construir viseras para los sanitarios que se juegan la vida en los hospitales luchando contra el coronavirus.
«Aprendimos a usar la impresora con tutoriales en internet en los pequeños ratos libres que nos deja la oración, el colegio y la comunidad». La idea surgió de una noticia en televisión en el que la comunidad Fabis de Makers de Huelva solicitaba ayuda a todos los que pudieran imprimir viseras.
«En ese momento, pusimos en funcionamiento la impresora 3D de nuestro colegio. Cuando tenemos las viseras impresas, vienen al convento a recogerlas, le ponen el acetato y las reparten a los centros que, previamente, se las han solicitado», relata María de Jesús. A día de hoy las hermanas agustinas han impreso más de un centenar. «En estos tiempos es más necesario que nunca ayudar a los demás», asegura.

Así es la labor de la Iglesia en tiempos de coronavirus

La creatividad cristiana llega a límites insospechados y traspasa incluso los gruesos muros de los monasterios para poder ayudar a los afe...